Cada vez son más sabidas las múltiples propiedades y beneficios del aceite de oliva. Es por ello que su uso es también más extendido. Desde el cuidado de la piel y el cabello hasta terapias, da la sensación de que el llamado oro líquido sirve para todo. Y es que, en realidad, es prácticamente así. Pero existe una aplicación del aceite de oliva en la que destaca por encima de otras: la elaboración de nuestras comidas. Ya sea por sus cualidades o por su sabor inconfundible, es el protagonista de nuestras cocinas. ¿Quieres saber cómo incorporarlo a tu día a día?
Aceite de oliva: usos en la gastronomía
En crudo
1. Aliño en ensaladas. Y si lo mezclamos con vinagre y sal, la mezcla perfecta.
2. Para adobar. Además de para conservar carnes o pescados, el adobo sirve para aportar un sabor único. Mezclando el auténtico sabor del aceite de oliva con hierbas u otros condimentos, podemos conseguir un plato excelente.
3. Para conservar, Según los polifenoles que contenga y su calidad, el aceite de oliva puede servir para conservar alimentos. Un ejemplo de ello es el queso en aceite que, además, está delicioso.
4. Emulsión, como en la elaboración de la mayonesa.
Cocinado
Saltear, sofreír, rehogar… y todo lo que pueda hacerse en una sartén y/o en un horno. El aceite de oliva es uno de los más resistentes al calor, con lo que costará más que se queme y será más sano. Por otro lado, aportará ese sabor tan característico que hará que tus comidas no queden sosas.
El aceite de oliva, tanto por su sabor como por sus características, es a día de hoy es la pieza fundamental de la dieta Mediterránea, que se considera la más sana del mundo.
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