Aceite de oliva, ese producto que con solo nombrarlo, se desatan los paladares más exquisitos. Ese alimento tan mediterráneo que se conoce como oro líquido, y no es para menos. Qué sería de la dieta mediterránea, nacional e internacional, sin este preciado manjar.

Hay muchas clases de aceite, y la diferencia de cada una radica en la variedad de oliva con la que se produce. Aquí, en España, la variedad por excelencia es la picual, la que mayor número de olivos concentra en Andalucía, sobre todo.

La oliva picual es de tamaño mediano, con forma elíptica, de maduración temprana y la más rentable ya que la relación entre pulpa y hueso es media-alta.

Aceite de oliva picual: una delicatesen

Este tipo de aceite es el más conocido y extendido por toda la geografía nacional. La característica más sobresaliente del aceite de oliva picual radica en el cierto sabor amargo que profiere al aceite, y si este es de reciente producción, añade también un ligero picor y un aroma característico de la hoja de olivo, higuera, hierba o tomatera.

El aceite picual presenta mucho cuerpo, con mucha fuerza, y con un elevado nivel de ácido oleico, lo que lo convierte en un aceite que soporta muy bien el enranciamiento y la oxidación, y es muy beneficioso para reducir el colesterol malo.

Disfrutar del aceite de oliva de Granada

Granada es una de las zonas con mayor producción de aceite de oliva picual. Durante siglos, en la provincia andaluza se ha cultivado el olivo tradicional, y se ha trasladado la sabiduría popular de la producción artesanal al aceite de oliva. El resultado es evidente: un aceite de oliva de gran calidad, muy agradable al paladar, y que proporciona un sabor inigualable a cualquier plato cocinado o aderezado con este oro líquido. En Granada, tu paladar disfrutará de un aceite de diez.

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