Uno de los productos más populares que puedes encontrar en la gastronomía mediterránea, por sus grandes cualidades beneficiosas para la salud, además de por su estupendo sabor, es el aceite de oliva.

Las diferencias, en cuanto a la calidad de este alimento, dependen de muchos factores, como la calidad de la aceituna, la elaboración en la almazara o el método de recolección.

La recolección de las aceitunas para su transformación en aceite comienza en otoño y suele extenderse hasta finales de febrero. Posteriormente, por exceso de maduración, pueden llegar a picarse, lo que disminuye la calidad del aceite considerablemente. Si las aceitunas se destinan al consumo de mesa, se cosechan antes de madurar (en noviembre).

¿Cuáles son los métodos de recolección de las aceitunas?

– Ordeño

Es el utilizado para la recolección de la aceituna de mesa. La aceituna se recoge a mano o con rastrillos adecuados para tal fin. Tiene como principal ventaja la calidad de la aceituna, que no se daña.

– Vareo

Consiste en sacudir las ramas del árbol con una vara de madera o fibra de hasta 4 metros de longitud, con el fin de hacer caer las aceitunas sobre unos mantos de plástico que se extienden debajo del olivo. Es el más utilizado, por su productividad, aunque resulta algo lesivo para el olivo.

-Vibración

Se realiza con máquinas vibradoras, que abrazan el tronco o las ramas del olivo y las sacuden, lo que hace caer a las aceitunas al suelo, a un manto o a un paraguas recolector.

– Recogida del suelo

Tras caer las aceitunas directamente al suelo, por vareo, vibración o maduración, son recogidas mediante máquinas barredoras, aspiradoras o sopladoras. Este procedimiento tiene muchas desventajas, ya que el fruto se estropea y se ensucia con el polvo o barro, lo que reduce la calidad del aceite.

En resumen, el método de recogida es fundamental para el resultado final del producto.

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